miércoles, junio 14, 2006
Has dejado polvo sobre los muebles
el reloj del salón sin cuerda
a las tres menos cuarto
una canción viviendo encerrada
dentro de mi boca
y una pila de libros mudos
sobre la mesita de luz
justo del lado derecho de mi cama.
Sin previo aviso te has llevado
el olor de tus trajes
parte de mi piel bajo tus uñas
las pisadas de los treinta y dos escalones
que te traían hasta mi tejado
y uno de mis poemas escondido
dentro de una servilleta
como un dulce o una medicina
para el camino.
Nos hemos quedado el espejo y yo
tratando de ser dos realidades
que se comprenden al mirarse…
permanecemos el café y mis labios
o los cigarrillos y mi garganta
y sin ninguna duda
lo que empieza a ser tu recuerdo
y el comienzo de mi nostalgia.
Pero no le pongo nombre
a esta circunstancia…
Yo no digo “esto es abandono”
o “esto es el final”
“es, Game over”,
me limito a palabras sencillas
a ideas sin mucho o demasiado peso
a eso que me falta y esto que me queda…
a ser como una ciudad
(quizás la que caminas)
que reconoce que un poco de ruido
no es malo
si a pesar de él se sigue creciendo.
Y así, más madura
e incluso más inteligente
cumplo con los latidos
(ahora que te has ido
o he dejado que te fueras)
yo continúo…
mientras observo desde mi balcón
pájaros azules que regresan
flores nocturnas que apenas brillan
y viandantes con y sin prisa.
Gira la vida, por muy obsceno que parezca…
a pesar de mis pies fríos sobre el piso
y de la falta de los tuyos
para abrigarlos.
Gira, aunque ya no puedas
escuchar mi voz confesando absurdos,
cosas como que hoy mismo
cayeron tormentas sobre mi cuerpo,
con lo que sabes que me gusta
la lluvia de improviso…
Knives: They cut
12:18 a. m. |
miércoles, mayo 31, 2006
I
Busco alma. Color azul. Perdida el 7 de Marzo del presente año
aunque confundida desde siempre.
Atiende a los poemas, a la voz de la ternura y a las sombras.
Urge encontrarla antes de Diciembre
porque los días de lluvia tirita.
Recompensa: su eternidad.
II
Ofrezco corazón. No domesticado todavía.
Apenas inundado de memoria.
Rojo manzana pero sin pecado.
Reconoce los latidos de los otros.
Sentimiento a convenir.
III
Alquilo pasado. Bufones y fantasmas incluidos.
Bonitas vistas a la niebla. Todo interior.
Rodeado de ideas silenciosas
y próximo a Macondo.
Ideal para quién no sabe llorar.
Contactar a las horas del insomnio.
IV
Cambio ojos azules por cualquier signo.
Largas pestañas quitamiedos, iris paciente.
Pupilas apenas dilatadas frente a frente.
Visión nocturna.
Comprenden el lenguaje de las nubes.
Urge respuesta por traslado de visiones.
V
Regalo silencio por imposibilidad de mantenerlo.
Incluye kit de emergencia
lleno de cigarrillos.
Pasa desapercibido entre la gente.
Útil en caso de cansancio o de disputas.
Aprende fácilmente las palabras.
VI
Clasifico sentimientos desde casa
(pulsaciones por minuto
dependiendo del contacto)
Experiencia ilimitada.
Acepto pedidos por encargo
previo pago de cariño.
No trato casos complicados:
enemigos íntimos
o asesinos de inocencia en serie.
Knives: They cut
10:17 p. m. |
jueves, abril 27, 2006
¿Es cierto que el hombre solo piensa en una cosa?
^_^
Knives: They cut
8:59 p. m. |
domingo, abril 23, 2006
Algunas ideas vuelan sobre mi casa, hambrientas y oscuras.
Infectan mi aire con sus alas.
Respiro sombras en movimiento y siento vértigo desde mis dos pies de tierra.
La felicidad ¿es una luz detrás de mis párpados?
Puedo ver la angustia que vive en los espejos.
Hay llanto en los cristales.
Frente a ellos no soy una mujer, soy el sueño de la carne.
La última mirada de algún Cristo.
Siento el exilio sin movimiento. El abandono y la desaparición de lo invisible.
Caricias, roces, besos…tantos placeres emigrantes.
Soy una vela aproximándose al frío.
Invierno entre las ausencias.
No quiero morir regresando o pensando el regreso.
¿Volver a dónde? ¿con quienes? ¿para qué?
Conmigo finaliza todo. Yo y el tiempo somos inexistencia.
Alimentarnos del futuro es inútil
porque aún no comprendemos su lenguaje.
Resido en la locura. Me siento cansada, torpe y aún peor.
Camino descalza por las habitaciones, penitente. Ensuciando mis pies
con la resignación con que está cubierto el piso.
Pero no hay perdón, en ningún armario lo encuentro.
Todas mis blusas y vestidos están enfermos.
Un cigarrillo y luego otro…
Quisiera follar hasta que mi cuerpo se convierta en niebla.
Tomar con alguien y quebrar los vasos contra las paredes.
Necesito una furia que me contenga entre sus piernas
y que me domestique.
Puedo saborear el mercurio bajo mi lengua
mientras disfruto del – ir – ando.
Es la única paz que se nos concede a los realistas.
La licencia más generosa para el consuelo.
Voy a ponerme a llorar y no hay nadie por ninguna parte.
Qué triste la tristeza del triste sin otro triste.
Tristes, tristes, tristes, tristes, tristes, tristes, tristes,
los espejos y yo. Repitiendo esa palabra,
tratando de equivocarla.
Amo las cosas quietas y calladas. Al espejo y a mí.
Pero este amor no sirve de nada.
Estoy flotando en el miedo.
La felicidad ¿es una luz detrás de tus párpados?
Knives: They cut
4:29 a. m. |
jueves, abril 20, 2006
Tatué mi piel con la punta de una navaja. Era el año 65 y sobre Maniatan caía una lluvia ligera. Escuché pasos en la entrada, desde la trastienda John dibujaba sobre mi piel con un bolígrafo casi gastado. Una voz interrumpió repentinamente nuestro silencio, lo quebró como si fuese una cáscara de nuez. Saludó y se sentó a mi lado para restablecer nuevamente la ausencia de palabras.
Tras el saludo descubrí a un muchacho apenas dos años mayor que yo que miraba mis piernas en un intento por hacer desaparecer mi falda, a continuación mi brazo desnudo en el que ya se perfilaba el boceto y un poco después mis ojos, donde tropezó con mi mirada. Solo en ese instante recogió la suya para centrarla en la punta de sus dedos como si buscase algo, cierta cosa perdida hacía tiempo y que había recordado tener bajo las uñas.
_Esto te va a doler un poco, Anna, ¿estás segura de querer hacerlo?
_No deberías preguntar mucho a tus clientes, ¿no crees?
_Bueno, contigo es diferente...
_Que follemos de vez en cuando no quiere decir que no vaya a pagarte.
_Hay gente delante.
_¿Y?, seguro que también ha follado alguna vez, ¿lo has hecho, verdad?
El muchacho volvió a mirar mis piernas y después la falda.
_Hace poco, señora.
_No hay nada como sentir placer. Ey John, deberías empezar a tatuar, no tengo toda la vida.
_Como quieras.
Tomó la daga, afilándola previamente en la punta. La visión del acero brillante cerca de mi piel y su posterior tacto extremadamente frío terminaron por hacer que se me erizara la piel.
_En realidad no duele tanto.
_Es usted valiente, señora.
_Anna, puedo tolerar que me llamen una vez señora, pero dos, ¡es mucho!
¿Valiente? hay cosas peores que el dolor físico o que un poco de sangre.
_Estate quieta, si te mueves tanto haré un desastre.
_En tal caso harías bien en cortarme el brazo, no pienso cargar con una mierda de tatuaje de por vida.
_Jajaja
_¿Te divierto, muchacho?
_Un poco, nunca había escuchado a una mujer hablar de esa manera. Si me permite, es usted muy interesante.
_¿Oíste, John? todavía hay quién me considera interesante.
_Estoy seguro de ello, hay hombres que por menos ya estarían llorando.
_Soporto bien el dolor pero creo que nuestro amigo se refiere a otra clase de interés.
Enrojeció de repente como si lo hubiese sorprendido hablando en voz alta sobre algún deseo íntimo hacía mí.
_¿Es usted tímido?
_Eres terrible, Anna.
_¿Por qué?
_Preguntas lo evidente.
_Tú mejor sigue con lo tuyo, le pregunto a nuestro amigo.
_No, no lo soy, pero usted... ¡arrolla!
_Es un modo de decirlo, sin embargo, cualquier mujer a solas con dos hombres en la trastienda de un local se sentiría el centro de atención y eso, facilita arrollar a cualquiera.
_Mierda.
_Joder.
_Espera, te limpio, si no te movieras tanto.
_Joder, John, ¿estás probando mi capacidad de resistencia?
_¿Se encuentra bien?
_Sí, deme un pañuelo o algo.
_Ya está, echo un poco de alcohol, esto te escocerá, perdóname.
_Mejor harías en echarlo en mi boca y no sobre el brazo. Dolió...
_¿Por qué se tatúa?
_¿Por qué estás tú en esta trastienda?
_Para hacerme uno, quiero escribir el nombre de mi novia en él.
_Jamás me escribiría el nombre de un tipo, nadie dura lo suficiente sobre la piel de otro.
_Yo con ella sí duraré.
_No te molestes, simplemente no creo en la durabilidad, todo tiende a desparecer.
_Ese tatuaje no lo hará.
_Algún día...
_Ya casi está listo.
_Bien, John, ¿qué tal si echamos un trago los tres?
_Buena idea, luego me pongo con el suyo.
Estuvimos bebiendo hasta pasadas las tres de la madrugada. Nuestro amigo finalmente no se hizo el tatuaje, quizás convencido de que no era momento, quizás, tras escuchar mis argumentos sobre la fatalidad de entregarse a un amor para siempre.
_John...
_Dime, Anna.
_No ha quedado mal el tatuaje, ¿follamos?
Knives: They cut
11:21 p. m. |
domingo, abril 16, 2006
Cortando por lo sano
Knives: They cut
9:38 p. m. |
